- Maurice Jarre: 13 de septiembre de 1924 (Lyon) - 29 de marzo de 2009 (Malibú, California).
- David Lean: 25 de marzo de 1908 (Surrey) - 16 de abril de 1991 (Londres).
Orquestador habitual: Maurice Jarre.
Maurice Jarre conoció a David Lean por la mediación del prestigioso productor Sam Spiegel, con quien el realizador británico había trabajado con anterioridad en la oscarizada El puente sobre el río Kwai. Spiegel deseaba para su próximo proyecto, la ambiciosa Lawrence of Arabia (Lawrence de Arabia), a un compositor de prestigio, barajando a Aram Khachaturian, Benjamin Britten y a una joven promesa del cine francés, Maurice Jarre. Khachaturian, al no poder salir de su Rusia natal, debía grabar la música en su país, ante lo cual Spiegel se negó, contactando con su segundo favorito, Britten, quien aceptó con la condición de que le dejaran más de un año para escribir la partitura. Como es natural, el productor de origen polaco rechazó su participación en la película. Así pues, Jarre se quedaba como definitivo candidato, o, al menos, eso era lo que él pensaba; sin embargo, se encontró con la sorpresa de que Sam Spiegel contrató en Estados Unidos a uno de los compositores más queridos por sus célebres comedias musicales, Richard Rodgers, autor, entre otras, de Sonrisas y lágrimas o South Pacific. Maurice Jarre sería, en principio, contratado para adaptar los temas de Rodgers. Al escucharlos, David Lean no pareció nada convencido pues deseaba una música más tradicional y expresiva, por lo que le pidió a Jarre que le tocara al piano el tema principal. Nada mas oírlo dijo: "Esto es lo que quiero. ¡Ya está!". A partir de entonces, y durante 22 años, trabajaron juntos en las cuatro películas finales dirigidas por Lean.
Para Lawrence de Arabia (Lawrence de Arabia) (1962) la Columbia, como era norma común en la época en los proyectos de gran envergadura, impuso a Jarre un orquestador, Gerard Schurmann, ya que tenía que componer cerca de dos horas de música. Pero éste no se limitó a realizar la labor de copista y arreglista, por otra parte en la práctica ya hecha por Jarre, sino que fue manipulado por Spiegel al comunicarle que, debido a la ingente cantidad de trabajo ante la que se enfrentaba el joven músico galo, se vería obligado concluir y completar el trabajo. Schurmann aceptó escribir parte del score de manera gratuita, esperando recibir a cambio su parte de los derechos de autor; Jarre no se quedó cruzado de brazos y comunicó a la productora que si continuaban con su actirud de enfrentar a los músicos abandonaría su labor en el filme. Al final, la sangre no llegó al río; Maurice Jarre concluyó su partitura y Gerard Schurmann se conformó con la orquestación, por otra parte realmente efectiva.
Lawrence de Arabia es una de las películas más espectaculares y emblemáticas de la historia del séptimo arte, y a ello contribuye enormemente no sólo el épico tema central (auténtico modelo de la inmensidad del desierto) sino también el fuerte temperamento del resto del score, que pasa a ser como un personaje principal más de la trama. Jarre, especializado en música tradicional y en percusión en sus años de conservatorio, supo aplicar sus conocimientos técnicos utilizando instrumentos acústicos, e incluso electrónicos (ondas martenot), muy poco habituales en la música de cine. Con ello remarcaba el carácter legendario a la vez que étnico de la historia protagonizada por T.E. Lawrence. La película recibió en 1963 7 premios Oscar, entre ellos el de mejor música original.
Tres años después Lean volvió a adentrarse en su pasión por el cine épico con Doctor Zhivago (1965), fiel adaptación de la novela homónima del escritor ruso Boris Pasternak. Obsesionado con el hecho de encontrar una melodía principal carismática, le pidió a Jarre que escribiera cuatro diferentes, pero ninguna fue de su agrado. "Tú puedes hacerlo mejor", le dijo, recomendándole que no pensara en Rusia sino que se imaginara que estaba caminando por la nieve de la estepa en compañía de su novia. "Así debe sonar", concluyó. Entonces, Jarre decidió irse de fin de semana con la mujer que amaba, y en ese marco paradójico entre ideal y opresivo fue cómo finalmente compuso el celebérrimo 'Lara's theme' (aunque, como él mismo confesaría años después, no fue sólo su novia el motivo de inspiración, sino también la belleza y la fuerte personalidad como actriz de Julie Christie). Pero Lawrence de Arabia no descansa solamente en los firmes cimientos del elegiaco tema principal; en el fondo, la principal virtud del score es la importancia de los silencios. "Con David Lean conseguimos que los espectadores no percibieran la entrada de la música; de repente, se encontraban con ella, y a la vez, de pronto también, dejaba de estar ahí, aunque persistiera su presencia". Al final, la banda sonora se convierte en el perfecto acompañante a cada escena del filme, como si su apariencia meramente sonora dejara de serlo para transformarse en elemento vital de la narración. El éxito de la edición discográfica sobrepasó además todas las expectativas, colocándose durante semanas en el número 1 en la mayoría de las listas de ventas internacionales, algo que, sin duda, influyó para que Jarre recibiera en 1966 su segundo Oscar de la Academia.
Tras Doctor Zhivago, y después de un periodo de cinco años, Lean y Jarre retomaron su colaboración artística con el que sería, a la postre, el proyecto más frustrante del director nacido en el condado británico de Surrey: Ryan's daughter (La hija de Ryan) (1970). Tras su estreno, el 9 de noviembre de 1970, la mayor parte de las críticas en Estados Unidos fueron demoledoras, lo que provocó que se apartara del cine durante más de una década. Todo el mundo esperaba encontrarse con una nueva obra maestra, pero no supieron valorar la elegante sobriedad de un filme infravalorado en su momento y que, con el paso del tiempo, se ha forjado un merecido respeto. En Ryan's daughter Jarre parece desear ser mucho menos explícito en su dibujo melódico si lo relacionamos con la influencia rusa de Doctor Zhivago; ahora, pese a las inevitables referencias folclóricas de la cultura irlandesa, el score se desarrolla a través de tonalidades que juegan con lo burlesco y lo lírico, en una especie de mezcolanza jocosa que hace gala de una intensa pasión por lo idílicamente delicado.
Catorce años después Lean regresó al cine de la mano de la novela de E.M. Forster A passage to India (Pasaje a la India) (1984), que relata la historia de Adela, una joven e ingenua turista inglesa que llega al país asiático y provoca el enfrentamiento entre culturas al culpar injustamente de violación a un médico local. En esta ocasión Lean recuperó el prestigio un tanto perdido en su aventura anterior, brindando además a su amigo Jarre la oportunidad de escribir una partitura que volvía a dejar un tanto de lado la previsible, en principio, senda de lo tradicional y recuperar el espíritu sinfónico de La hija de Ryan. Tal fue la mímesis que, si se realiza la comparación entre las dos obras, sus analogías son mucho más notorias que sus diferencias. No obstante, esta similitud de estilo no impide calificar, en el fondo, a Pasaje a la India como una obra de radiante fulgor y moderada espectacularidad, en especial en temas como 'The temple', 'Adela', 'Back to England' o 'Kashmir', cuyo espíritu continuista no elude la belleza de su contenido formal, expresado mediante el empleo casi constante de las ondas martenot. Supuso su tercer Oscar como compositor, recibido en 1985. Por desgracia, y como triste anécdota final, de los 40 minutos de la edición discográfica sólo una pequeña parte acabó en la sala de montaje.